Salinas de Bonanza

14 de Septiembre, 2013


Queridos lectores!

Y aquí la segunda parte de mi relato sobre el fantástico paseo a las Salinas de Bonanza!

Un simpático buitrón pasó un largo rato para limpiar sus plumas con esmero, mientras que ...

... las tarabillas norteñas utilizaron la cerca para descubrir insectos:

La Señora collalba gris coqueteó un poco más cerca con la cámara:

Y ahora mis queridas limícolas ... que bonitas y elegantes son!

Aquí una de las muchas avocetas que habitan en las Salinas:

Cientos de agujas colinegras pasan allí el otoño e invierno. Usualmente se ven los grandes bandos a lo lejos. Pero una mañana tuve la suerte de poderlas observar bastante cerca y me di cuenta que tienen su temperamento cuando de comida se trata, porque ...

... esos dos aves se pelearon una y otra vez por un determinado sitio. Por primeera vez en mi vida escuche sus llamadas, bastante furiosas por cierto!

Mientras que sus compañeros comían tranquilamente, creo que estos dos se quedaron sin comer por estarse peleando:

Un joven correlimos zarapitin también había logrado de venir del lejano Norte al Sur de la Península:

Y que graciosos los correlimos menudos:

El Señor archibebe común parecía algo disgustado de tener que compartir su territorio con el vuelvepiedras y ...

.... los muchos correlimos tridáctilos:

Si uno se queda quieto en el coche es solamente una cuestión de paciencia ...

... hasta que ellos se acercan por la orilla...

... para dejarse admirar ...

... desde muy cerca!

Momentos como aquellos nunca duran mucho, porque o bien aparece algún paseante por el camino o un águila en el cielo y los bandos huyen de inmediato. Pero esos pocos instantes me dan alegría que dura horas!

Saludos cordiales

Birgit Kremer

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